La tenemos ahí otra vez
Interesante artículo publicado en LA OPINION A CORUÑA hoy 4 de diciembre de 2011, escrito en “Cartas a Laila”
Entrada en la ría de Ferrol del gasero averiado ´Arctic-Princess´, el pasado 24 de noviembre. / efe
Hoy mismo, querida amiga, hace diecinueve años que se partió y hundió el Mar Egeo, pegadito a la Torre de Hércules, con 80.000 toneladas de crudo a bordo. Una enorme columna de humo denso ennegreció el cielo de la ciudad y se nos encogió el alma a todos. Por fortuna los vientos llevaron hacia el mar aquella nube negra, porque de haber soplado al contrario no sabemos lo que podría haber pasado en la zona de Monte Alto, la Ciudad Vieja o el Orzán. Pero no nos libramos de las manchas de petróleo que contaminaron las rías de A Coruña y Ferrol, desde Sisargas a Punta do Cadro. Aún estaban sin saldar las nefastas secuelas del Urquiola y vivas en la memoria la catástrofes de Polycommander, del Erkowit, del Andros Patria y del Casón. Con esta historia por detrás, quedó demostrado que no habíamos aprendido nada de ella, cuando en 2002 se abatió sobre nosotros el desastre del Prestige, como una plaga bíblica. La cólera y la conciencia general de desamparo institucional cristalizaron en una gran movilización ciudadana, en Galicia y fuera de ella, para enfrentarse a la crisis, que se concretó en aquel grito colectivo, desgarrado y reivindicativo: “Nunca Máis”.
¿Habremos, querida Laila, aprendido algo ahora? ¿Habremos hecho realidad aquel “Nunca Máis”? No lo sabemos a ciencia cierta, pero he de decirte que tengo muy serias dudas de que hayamos conjurado razonablemente el peligro, si nos atenemos a lo que está sucediendo.
Es verdad que a partir del Prestige se han tomado medidas de protección y vigilancia muy notables: se han cambiado las rutas de la navegación de buques peligrosos, se han adoptado medidas en la construcción de los transportes con riesgo, se han establecido mejores mecanismos de coordinación institucional a nivel europeo y parece que hay mejores y más ágiles medios técnicos de respuesta a crisis y catástrofes. Seguramente esto es así, pero tengo la impresión de que está pasando el día y la romería, a pesar de que, según dicen, estadísticamente estaríamos ya muy cerca de un nuevo desastre, dadas nuestras condiciones y el tiempo pasado.
En todo caso, querida, lo más evidente es que en Galicia sí hemos abierto nuevas posibilidades a la catástrofe con lo que Miguel Ángel Aguilar llamó el “Dislate de Reganosa”. Colocamos en el peor sitio posible de la ría de Ferrol una planta de regasificación en medio de un núcleo de población de más de 8.000 personas en un radio de 2.000 metros, con viviendas a menos de 80 y que supone un riesgo permanente para la navegación de los barcos que la nutren por la angosta entrada a la ría. De estos peligros fue una buena muestra la última y reciente incidencia del gasero Arctic-Princess que había perdido el rumbo y hubo de ser enderezado por un par de remolcadores.
La tenemos ahí, querida Laila, y en ello están implicados los gobiernos de Fraga, de Touriño y el BNG y ahora el de Feijóo que no han movido un dedo por impedir esta barbarie. Es verdad que hubo y aún continúa habiendo protestas y demandas de traslado de la planta, muy justamente encolerizadas, pero absolutamente tapadas por un manto de silencio oficial y también mediático del que, por cierto, es una excepción LA OPINIÓN, tal como señalaba el propio Miguel Ángel Aguilar el pasado año.
¿No te resulta extraño e indignante que un incidente como el del gasero no haya merecido siquiera una urgente y clamorosa intervención parlamentaria? Parece que quienes gobiernan e informan nos están llevando, de nuevo, a la indefensión ante otra desgracia, lo que es un verdadero crimen. Y que no me vengan con que, por no alarmar, no alertan, porque eso es una falta de respeto, además de una estupidez.
Lo dicho, querida, parece que la tenemos ahí otra vez.
Un beso.
Andrés